TESTIMONIOS

Aquí les compartimos este testimonio de la misionera Andréa Acosta del Centro de animación misionera en Bogotá y que era hermana de una pequeña comunidad en La catedral de La Dorada

Buenos días P. Ovidio. 

El Viernes en reunión en la Conferencia Episcopal con el P. Constantino y un Conferencista, se hablaba de misión, y en los testimonios personales, incluido el mío en la última Navidad, se daba cuenta de lo poco que los Bautizados comprendían su propia misión.

Recordé mi experiencia en el Sine, y el retiro inicial y continuado de tres meses en donde hubo preparación para la renovación de Nuestro Bautismo y luego renovación para el Sacramento de la Confirmación y avivar el Don del Espíritu Santo en mí. 

Recordé también la Edificación continua como pequeña comunidad para llevarla a la realidad en la Iglesia Ad Gentes. Pensaba yo, esas misiones no se quedan en una visita solamente sino en el corazón de la Parroquia. Por supuesto, sin el Envío amoroso del Padre que ve cómo sus hijos salen llenos de Dios a dar testimonio de lo que han recibido en su vida. 

Esto me da nostalgia de que nuestra Iglesia camine con eslabones sueltos. Pues a mi humilde concepto, sin estar edificada en la Nueva Evangelización con su Nuevo Ardor y sus Nuevas formas de llevar el Evangelio, al mismo Jesús, Eterno Padre Misericordioso, Caminante en cada Misionero, más pudiera parecer que el misionero sin estar Evangelizado e insertado en pequeña comunidad, va a llevar su propia religiosidad. 

En fin, Padre Ovidio, esto le digo para agradecerle a Dios y al Sine la edificación de esta hija que se empeña en llevar al Señor Jesús con su Palabra y su Amor Eterno a donde El ya le tiene asignado su envío. 

Igual asistiremos una vez al mes a la preparación continuada en aras de asumir un poco la familiaridad de un grupo de personas dispuestas a llevar el Testimonio de vida Evangelizadora. 

Padre Ovidio, con agradecimiento y cariño por su entrega, su amor a Dios y su Espíritu Misionero, pido a Dios Padre que guíe y bendiga su Apostolado Misionero por siempre. Sierva inútil a su servicio. Abrazos. Ángela Acosta.